Si nos ponemos a analizar, la violencia cotidiana cada día excede los ámbitos del crimen organizado y profesional y es hoy en día un modo naturalizado de relación. Se nota en la degradación del lenguaje, en usar la televisión como difusor de basura; solo hay que escuchar un par de pautas publicitarias o una conversación en un colectivo.
Leyendo en un periódico de circulación nacional que 3 psicólogas durante el año 2009 coordinaron en la fiscalía de una ciudad costanera, grupos de reflexión con 30 personas de entre 18 a 65 años de edad que pagaban penas por haber lesionado de manera irreversible o por haber causado la muerte a otros en accidentes de tránsito, me hizo generar en mi mente varias reflexiones. Sigue leyendo